ESCUPIR AL CIELO

........................ "Pues iremos preparando la pancarta"
.

Hemos tenido paciencia infinita. Hemos esperado hasta el último minuto del último dia hábil. Hasta hemos bromeado con ello. Hemos leído comunicados de sindicatos haciendo afirmaciones tajantes (ver), de otros que hablan de incumplimiento del pacto (ver), también acusaciones de tremendismo, negatividad y de carencia de fundamento (ver).
Pues desde ya mismo, tienen en su cara TODOS un salivazo de los que hacen época. NO HEMOS COBRADO LAS GUARDIAS que es parte de nuestro salario (miserable por cierto) por nuestro trabajo y tampoco nos han pagado la productividad.

¿Y AHORA QUÉ DIRÁN LOS SINDICATOS?

¿Y AHORA QUÉ HAREMOS LOS SANITARIOS?

¿Y AHORA SEGUIREMOS CREYENDO EN LAS PROMESAS?

Es tiempo de respuestas. Poco nos queda ya que esperar de este maldito concierto en el que mientras la Administración hace los coros del "parole, parole, parole..." , los sindicatos penitenciarios entonan el sempiterno y desafinado solo de trompeta de la canción "quién se queda otra vez sin nada" dedicada al colectivo sanitario (un estridente tu,tututu,tu,tu,tutututututu,tu).

Los sanitarios no queremos tener una dinámica como ésta:

• tener que esperar 20 años a que la sanidad penitenciaria participe en el Sistema Nacional de Salud según establecía la Ley General de Sanidad de 1986.
• tener que esperar más de 10 años a que aparezca detrás del hambre y la desesperación de muchos compañeros una compensación digna a las guardias ( tantas veces hurtadas ya por la acción social, ya por la productividad del no sé qué, por el bien de todos...los demás).
• tener que esperar una limitación horaria a la esclavitud de la necesidad del servicio, ganada en los Tribunales sentencia a sentencia y negada hasta la desesperación (solo recordar que "nuestros" sindicatos no quisieron que tuviésemos limitación horaria ).
• tener que esperar ya 25 meses a ver cómo se incumple dolosamente la Ley de Cohesión y Calidad, y ver el horizonte cada vez más lejano.
• tener que esperar diez años a saber mis funciones y mientras tener que tragar con sapos que envenenarían al mismo Hipócrates.
• Y más, y más, y más.

Somos pocos, hablamos un idioma extraño en esta torre de babel penitenciaria donde tenemos que entender la labor de todos y nuestra labor no es que sea incomprendida, manipulada, tergiversada, vilipendiada, denunciada y parasitada, que lo es y todos lo sabemos, sino que la propia esencia de la labor, es decir la profesión en sí ya de médico ya de enfermera pasa a un lugar terciario. ¿Qué es por lo que se nos valora en este medio?, firmar un primer grado o un aislamiento sin rechistar; "repartir" la metadona y la medicación (¡si hasta lo decimos así!) rápido; quitar pastillas; cortar pastillas; callar. Podría seguir. Nunca interesa la salud, el cuidado, la atención, la calidad, porque en el fondo, retuerce las tripas del sistema.

Por eso y aunque solo sea por eso debemos trabajar con otros parámetros, los nuestros, los de salud, con nuestro idioma, el de la salud, y con nuestros compañeros, los demás sanitarios y mandado por sanitarios o incluso por un gerente que solo se preocupe de lo que se gasta. Todo por poder respirar. Y este barco pirata lleno de paz social en el que oficiamos siempre de ratas comiendo las sobras, lo abandonaremos más pronto que tarde o por la vía de la deserción (muy probable) o por la de la del abordaje del bajel autonómico llamado "Integración".

Mientras llega, procuraremos no escupir al cielo ( y tampoco al suelo, coñññño).